Buscar
Para buscar una concordancia exacta, escribe la palabra o la frase que quieras entre comillas.
En A*DESK llevamos desde 2002 ofreciendo contenidos en crítica y arte contemporáneo. A*DESK se ha consolidado gracias a todos los que habéis creído en el proyecto; todos los que nos habéis seguido, leído, discutido, participado y colaborado. En A*DESK colaboran y han colaborado muchas personas, con su esfuerzo y conocimiento, creyendo en el proyecto para hacerlo crecer internacionalmente. También desde A*DESK hemos generado trabajo para casi un centenar de profesionales de la cultura, desde pequeñas colaboraciones en críticas o clases hasta colaboraciones más prolongadas e intensas.
En A*DESK creemos en la necesidad de un acceso libre y universal a la cultura y al conocimiento. Y queremos seguir siendo independientes y abrirnos a más ideas y opiniones. Si crees también en A*DESK seguimos necesitándote para poder seguir adelante. Ahora puedes participar del proyecto y apoyarlo.
Jaime y Manuela Currators (Manuela Pedrón Nicolau y Jaime González Cela) lanzaron al mundo la exposición virtual La Gran Conspiración durante el pasado diciembre del 2020, como parte del Programa Ventana de contenidos digitales impulsado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Emplean este nombre como clickbait, buscando capturar nuestra atención para llevarnos una exposición virtual, pero no únicamente. Es también el marco desde el que nos proponen pensar acerca de nuestra relación con la información en el presente de las comunicaciones digitales. La curiosidad es de hecho, el motor través del cual la web que le da cuerpo nos hace navegar por los contenidos. Por ejemplo, nos permite acceder al texto que la acompaña, pero dándonos la opción de decidir cuanto queremos leer.
Una de las conspiraciones que subyacen a este proyecto consiste en visibilizar conexiones entre las esferas de lo real y de lo digital que Internet tiende a ocultar. El diseño de la web (a cargo de Hyper Estudio) es fundamental en esta labor. Por ejemplo, está configurado como un espacio que muta según el lugar o la hora en la que accedemos, y que nos muestra los rastros dejados por otros visitantes en forma de estela.
Otra de las conspiraciones, consiste en reflexionar en torno a la emancipación del arte respecto del espacio físico. Las obras que componen la muestra, realizadas por Paco Chanivet, Agnès Pe, Clara Montoya, Francesc Ruiz y Marc Vives, experimentan con la distancia. Es decir, plantean posibilidades para la relación entre lo online/offline, el arte en internet y el acceso al mismo.
A pesar de haber sido concebido de antemano, este proyecto toma cuerpo en un momento oportuno. Las circunstancias derivadas de la presente pandemia, tales como el aislamiento, pero también la flagrante precariedad para sectores de la cultura que ya estaban precarizados previamente, hacen pertinente el pensar con cierta premura sobre posibilidades para el arte más allá del espacio físico.
Además, todas las personas nos hemos encontrado frente a la imposibilidad de comprender y controlar la realidad. Ante esto, las narrativas de las conspiraciones se presentan como una forma de encontrar explicaciones, y de relacionarnos con el mundo. Lo que pertenecía a la ficción se ha hecho posible, ha trascendido la imaginación y se ha convertido en algo real. Por lo tanto, ¿porque no pensar como posible un arte, cuya producción y acceso estén concebidos como radicalmente ajenos a los espacios físicos del museo o la galería? Búsqueda que, además, Manuela y Jaime sitúan como continuación de los proyectos de huida del museo del siglo pasado. Como dicen, una forma de seguir con el camino por ¨encontrar nuevos soportes, mecanismos y ritmos para ampliar el alcance del arte¨.
Tratándose de una exposición virtual, la idea de distancia aparece en el centro de la propuesta. Nómadas, obra de Clara Montoya, reflexiona sobre la distancia que ha aparecido entre nuestros cuerpos y todo lo demás. Consiste en un programa informático desarrollado para la ocasión, y que reorganiza los materiales almacenados en Open Street Cam, una plataforma digital de código abierto que recoge imágenes publicadas por sus usuarios de distintos lugares del planeta.
La representación virtual de entornos y cartografías del mundo, condicionan nuestra relación con el territorio. Sin embargo, en las imágenes almacenadas en Open Street Cam no hay un estándar compartido. Alejándose de la mirada unitaria que tecnologías de monopolios como Google con Street View o Maps imponen, nos acerca a otros puntos de vista y a otras formas de mirar (ritmos, perspectivas, calidades de la imagen, caminos alternativos…). Por lo tanto, nos acerca a otros cuerpos. A todas las personas que hayan querido subir sus recorridos, a los cuerpos de quienes los recorren al mismo tiempo en la web, o que realizan el recorrido en el mundo real.
También la distancia esta presente en la obra Pou (pozo, en catalán), de Marc Vives. Allí, nos encontramos en un espacio negro, que solo contiene unas esferas que emiten sonido. A través de un eje de coordenadas podemos acercarnos o alejarnos de ellas, y por lo tanto de su sonido. Cada esfera es una pista sonora construida a través de un sistema de edición automático basado en algoritmos, que a partir de unos parámetros concretos, selecciona los fragmentos de una grabación y genera una nueva pista.
Para ello, parte de archivos sonoros de distintas plataformas en Internet y de archivos personales. Pou cede parte del trabajo compositivo a las calculaciones matemáticas. Nos alejamos y nos acercamos para poder descifrar lo que oímos, como buscando un rastro humano en lo maquínico del entorno y de la pista de audio.
Pero con la presente pandemia no solo la distancia ha cobrado un papel protagonista. También lo ha obtenido la sospecha sobre la que se asientan las teorías de la conspiración que tan sonoramente han florecido. El recelo y la suspicacia hacen que lo que parecía ficción, se haga plausible. La desconfianza es, al fin y al cabo, el razonamiento que se oculta tras la aceptación de mantener distancias, porque estar cerca significa exponernos a perder el control sobre nuestros cuerpos y sus circunstancias.
En este espacio entre la ficción y la realidad, invadido por lo incierto y lo desconocido, se encuentra Palimpsesto,trabajo de Paco Chanivet. Esta obra se construye sobre el concepto de Hiperstición, es decir, de una ficción que trasciende esa categoría para hacerse realidad. Consiste en cuatro textos de ficción escritos por cuatro personas diferentes, que describen una supuesta obra del mismo Chanivet. Accedemos a través de la lectura auna obra que solo existe en su narración. Que existe en la descripción de cada uno de los textos, y en la superposición de todos ellos. Es una y varias obras de arte que se despliegan a través de una experiencia narrativa, puesto que, además, cada texto esconde un vinculo que hace que se descarga un archivo.
Además, acceder a la obra tiene algo de ritual. El texto que encontramos disponible en la web varía en función de las horas del día en que se acceda. Para poder acceder a la obra en su totalidad, ha de hacerse a través del tiempo, recorriendo el camino de nuevo y siguiendo los mismos pasos hasta, al menos, cuatro veces. Aparece aquí lo que de religioso tiene lo ritual y, además, como regulador del acceso a la información.
Este temor a lo que no vemos, a lo que no comprendemos, esta sospecha derivada del miedo a perder el control, también ha empapado el futuro. ¿Como de grande será la crisis que esta por venir? ¿Sobrevivirán las galerías o las residencias de artista? ¿Sobrevivirá la economía y la estructura del arte? ¿sobrevivirán los artistas? Agnes Pe responde a este miedo con The Most Necessary Museum. Nos propone una mirada arqueológica a la primera web, y nos hace reencontrarnos con un código desarrollado en el 2005. En este museo, si es que aun quedan disponibles, podemos hacernos con pixeles a los que vincular otro espacio de internet. Todo lo que se vincule, pasará a formar parte del catalogo de artistas de este museo, y con ello, de la gran conspiración.
De la desconfianza saltamos rápidamente al secreto, porque la desconfianza deviene también de la falta de información, o de la imposibilidad de acceder a ella e interpretarla. En un presente atravesado por una saturación de información que la hace ilegible, Francesc Ruiz plantea con Correos como la practica artística puede ser una forma de distribución de información y con la que mostrar sus mecánicas.
Francesc envía sobres vacíos a Montevideo. Vacíos, porque la información que quiere distribuir se encuentra en la parte exterior de los mismos. Es visible. Los sobres contienen imágenes que hacen referencia al sistema de correos español por un lado, y al uruguayo por el otro. Imágenes que provienen de las identidades corporativas de ambos, y de los procesos y los lugares por los que pasan los sobres. A las imágenes del mismo sobre, se añaden los rastros de los lugares, las manos por las que han pasado. Se añade el rastro del viaje. La información compartida crece con cada envío porque, de hecho, la información es aquí protagonista, y por ello, la parte visible. Sin embargo, estando cerrados, los sobres parecen ocultar un secreto.
Las teorías de la conspiración buscan poner rostro a algo que se experimenta como amenazante, proponen responsables de guardar secretos que mueven el mundo. Ante esta desconfianza, Jaime y Manuela no solo han dejado su investigación abierta, si no disponible,
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)