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20 julio 2023

Permanent red y la lucha de las imágenes

En un rincón discreto de la exposición Permanent Red, dedicada a la trayectoria crítica de John Berger, presentada en La Virreina Centre de la Imatge, se encuentra la comparación entre  Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp (1632) de Rembrandt, la fotografía instantánea del asesinato del Che Guevara y un esbozo, hecho por el mismo Berger, del Cristo de Mantegna (1475). ¿Por qué juntas, estas imágenes tan distintas, tan lejanas en el tiempo, nos parecen tan afines? Este personal montaje visual evoca el Atlas Mnemosyne de Aby Warburg y da cuenta de la pertinaz energía que las imágenes contienen en su materialidad, un pathos que excede las narrativas historicistas hegemónicas, un contacto matérico y visual que nos recuerda que aquello que la historia olvida o pervierte, retorna como un espectro, reclamando nuestra atención.

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Deleuze afirmó que las imágenes poco tienen que ver con la comunicación (de un mensaje hegemónico), sino más bien con la resistencia. Imágenes/arte y resistencia tienen en común que sobreviven a la muerte, la desafían.

Apuntes para un retrato del subcomandante Marcos, realizado por John Berger. (En John Berger. Permanent Red).

En el interesante carteo que mantuvieron Berger y el subcomandante Marcos, sobresale la íntima vinculación entre imágenes y revolución. Berger anota: en la historia de la pintura se pueden encontrar a veces extrañas profecías. Profecías que el pintor no tuvo intención de que fueran tales. Es casi como si lo visible pudiera por sí mismo tener sus propias pesadillas.

En otro lugar y en el contexto de las vanguardias artísticas, el crítico Carl Einstein escribió que el mayor logro del cubismo había sido acabar con el sujeto europeo burgués moderno. La desarticulación de la perspectiva lineal que organizaba el cuadro en función de un sujeto central (omnipotente, omnisapiente, verdadero protagonista de la imagen) fue el gesto revolucionario que supuso una transformación de los modos de mirar. Con ello, se abría la posibilidad de modificar las formas en que pensamos. La desaparición de la perspectiva, la irrupción de múltiples puntos de vista, la imagen, el objeto artístico se imponían a los deseos colonizadores de quién miraba la obra.

En su famosísima serie televisiva Ways of seeing (que también se encuentra recogida en la exposición), Berger analiza, entre otros, el cuadro de Thomas Gainsborough  Mr and Mrs Andrews (1750). En él encontramos una pareja burguesa que muestra sus dominios. Frente a las aproximaciones académicas difundidas por Kenneth Clark, en su también cèlebre serie Civilization (1966-1969), Berger insiste en que esta imagen, más que reunir aspectos formalistas, canónicos y patriarcales del arte occidental o ser fruto de las decisiones del artista, señala y delata la propiedad privada, verdadero pilar de la sociedad capitalista.

Mr and Mrs Andrews, Thomas Gainsborough (1750). National Gallery of London.

El gesto insurrecto de las vanguardias artísticas reivindicó, en su momento, la potencia del arte y la acción “imaginante” para romper la continuidad de lo que llamamos realidad. John Berger también defendió unas formas de pensar con las imágenes que hacían tambalear los consensos dominantes. Hoy, se sigue hablando de la potencia de las imágenes, del lugar que ocupan en nuestra con-figuración individual y social y en cómo participan en la construcción del mundo… , pero la pregunta que urge afrontar es otra: ¿cómo contribuye la lucha de las imágenes para transformarlo?

Walter Benjamin afirma, en su Tesis Sobre el concepto de historia, que las luchas emancipadoras emergen de manera creativa al proponer formas distintas que abren alternativas de vida. Las revoluciones no se hacen solo en nombre del futuro, sino también en nombre del pasado, de la memoria de las luchas que resquebrajaron, a veces por un instante, a veces por más tiempo, la continuidad de la opresión. ¿Cuál es, entonces, la lucha de las imágenes? Romper el círculo, romper la continuidad, romper nuestros modos de ver para que podamos imaginar otras formas de hacer.

Como los movimientos emancipadores, las imágenes están comprometidas con la vida. La lucha de las imágenes, como cualquier lucha liberadora alberga una contienda creativa que nos recuerda que pasado, presente y futuro son tiempos entrelazados en un ahora (cuántico) que puede ser revolucionario si acaba con lo reprimido, oprimido y explotado. Es una lucha vívida que, como la materia misma, acoge posibilidades inesperadas. Es una lucha encarnada, matérica, permanente que nace de los cuerpos y retorna a ellos removiendo emociones, sensaciones y percepciones. Es una lucha deseante y, al mismo tiempo, una resistencia radical al olvido, a los discursos interesados, a las instituciones oportunistas, a los abusos neoliberales.

La lucha de las imágenes propone una revuelta para liberar futuros imaginables socavados por el paso violento de la historia.

La Virreina y su acertado programa crítico-expositivo recupera la figura y el compromiso de John Berger y su obra, socializando su archivo visual que, en su dimensión más exigente y marxista, nos invita a reflexionar sobre el lugar social y político que ocupan las imágenes en nuestro presente, mientras proclama que comprometernos con ellas articula alternativas a los modos de ver/hacer burgueses, capitalistas y patriarcales que nos quieren obedientes y sin imaginación.

[Imagen destacada: Detalle de la exposición Permanent red. La Virreina Centro de la Imagen]

Júlia Lull Sanz es especialista en teoría de la imagen, presentó su tesis doctoral en la UB con el título “Las imágenes de mujer más allá de la teoría del síntoma de Didi-Huberman”. Desde hace diez años explora nuevas metodologías de aproximación a las imágenes aplicadas a proyectos de educación a través de las artes. Activista interesada en la intersección entre el activismo por la transformación social y las prácticas y experiencias artísticas como modos de agitación del imaginario colectivo y dispositivos de producción de contramemoria. Desde 2012 es coordinadora del proyecto FEMART, un proyecto con compromiso político feminista que aglutina una Muestra de arte, un espacio de formación y un archivo de prácticas artísticas feministas contemporáneas con sede en Ca la Dona. Asimismo forma parte del colectivo que impulsa dede 2021 el ULLAL, el festival de fotografía incisiva de Barcelona. Trabaja como coordinadora de proyectos de mediación y del equipo de Educadoras del Museo Nacional de Cataluña y como profesora de teoría del arte en la Universidad Pompeu Fabra.

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