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¡Parecía que las enfurecidas fuerzas atmosféricas hubiéranse concentrado en ese punto de la tierra para herirla y despedazarla!
Francisco Coloane
En el transcurso de estos turbulentos meses, las tierras magallánicas –ubicadas en el remate meridional de América–, han sido testigos de la creación de innumerables poesías acerca de su emplazamiento continental.
La peculiar geografía de este enclave, prefigura una territorialidad distinta a la que pretende imprimirle Chile, un país que ha emprendido sobre ésta una forzosa intervención, inclusive, a sus desapacibles paisajes. Sin embargo, a pesar de los embates de este Estado miope, la reciente crisis sicopolítica que vivencia el país ha potenciado la irrupción de algunas voces críticas que han levantado, específicamente desde el pensamiento contemporáneo, una serie de reflexiones colectivas que, en el pasado, fueron absurdamente censuradas por el disparatado temperamento chileno.
La mayoría de estos análisis son la base argumental para concebir un par de propuestas creativas cuyo acento crítico sostenga heterogéneas ideas que articulen, por ejemplo, una máxima anti-colonial justo en el año en que España y Portugal conmemoran el quinto centenario desde el arribo de los primeros europeos a la terra australis en el año 1520. A partir de este hecho nos preguntamos: ¿Qué hacemos con los relatos epistémicos de esta región a la hora de comprender el sino que explayan estas ‘conmemoraciones’ europeas? y ¿Cómo leemos y observamos estos atribulados imaginarios coloniales para re-escribir innovadoras crónicas locales?
Para contestar en parte, estas interrogantes, aparece en escena el proyecto (re)producción y sonificación de figuraciones, una de las incontables crónicas que ha creado el colectivo últimaesperanza. Este grupo transdisciplinar de artistas interfiere en el panorama extractivista que presenta el álbum de fotografías[1] creado y editado por el explorador rumano Julius Popper[2].
A partir de este documento patrimonial, que ha sido coloquiado con suspicacia por algunos líderes del patrimonio local –y principalmente nacional–, este colectivo ha rescatado algunos sucesos tangibles y orales sobre la dominación europea y las consecuencias del exterminio de las primeras comunidades que habitaron Tierra del Fuego.
La civilización creyó siempre que los hombres primitivos, y con mayor razón aún los fueguinos, estaban condenados a luchar con una naturaleza implacable y caprichosa, voraz de esfuerzo humano.[3] Sin embargo, la mayor condena para estos pueblos fue que el hombre europeo se convirtió en uno de sus principales depredadores. Este dilema que trajo el euroblanquismo, ha movilizado al colectivo últimaesperanza para re-observar las escenografías diseñadas por el mismo Popper que ciertamente generaron otros paisajes para que aparezcan como diáfanas escenas que glorifican estas locaciones solo como un campo de extracción aurífera. Por cierto, una pancarta bastante utilizada por el capitalismo europeo a lo largo de su historia.
Bajo estos panoramas, el dueto de artistas ha utilizado una serie de dispositivos que desprende el paisaje sonoro, la política y la etnohistoria. Todo esto con el fin de argüir una visión contemporánea que los lleve a enfrentar los relatos dolorosos que muestran estas fotografías catalogadas como patrimoniales y que sin duda reviven el etnocidio sistemático que sortearon estos habitantes, a pesar que desde la actual contingencia política pocos quieren asumir sus responsabilidades.
A partir de estas desventuras de lesa humanidad, este grupo de artistas invisibiliza la idea de huella patrimonial para yuxtaponerlas a la memoria contemporánea que han exteriorizado estos territorios y maritorios. Ser contemporáneo puede significar ser inmediatamente presente, como un ser aquí y ahora. En este sentido, el arte aparece ser verdaderamente contemporáneo si se percibe como auténtico, como capaz de capturar y expresar la presencia del presente, de un modo que está radicalmente impoluto de tradiciones pasadas o de estrategias destinadas al éxito en el futuro.[4] Para este caso, el arte solo existe como conflicto con su época… el arte implica el coraje por entregar respuestas a preguntas que no existen.[5]
Pues bien, estos artífices han recogido un trozo de esta tierra violentada y georeferenciada análogamente por el mismo Popper. Un sello que nos entrelaza con los signos y sonidos que la pacha comanda y que al mismo tiempo son sincronizados dentro de la plataforma técnica de las artes mediales ya que estos son espacios de integración donde las artes se funden dando vida a producciones híbridas, desafiando la especificidad o pureza de los materiales originales.[6]
Además, la labor de recuperar un rodaje sonoro, a través de estas locaciones, inspecciona desde la idea futurista de Marinetti, cimentadas en un paesaggio udito, hasta las cavilaciones que emergen de las escuchas ecológicas de R. Murray Schafer. Todo esto ha sido combinado con la materialidad de los calafates, el rugido del viento y, por momentos, aquel cielo bonancible.
La obturación de imágenes y la amplificación de los testigos sonoros de Tierra del Fuego constituyen una fuente de investigación transdisciplinar. Una coyuntura que moviliza la ejecución de un pensar colectivo que renueve la visualidad que conservamos de la postal del ‘fin del mundo’ para debatir, de manera constante, sobre aquellas consecuencias que ha destapado la aniquilación de las materias primas sobre esta recóndita australidad.
Desde otra vereda, la puesta en marcha de este estudio ambiental, que va desde el campo editorial hasta el expositivo, también re-aparece justo dentro del conflicto que experimenta Chile y otros tantos países en donde sus cosmovisiones están siendo derrumbadas por los mismos objetivos que ha distribuido la neoliberalidad. Objetivos que en ningún caso están alejados del drama de los derechos humanos.
La territorialidad de Magallanes ha sido entretejida por la explotación de sus recursos naturales. Este antecedente ha invitado al colectivo últimaesperanza para trazar una ruta que ha tenido como principal propósito la postproducción de otras imágenes, sonidos e intervenciones para el caso particular de estas geografías que yacen fuertemente diezmadas por la naturaleza.
La revisión de antecedentes pretéritos nos propone, por instantes, solo levantar una mera crónica de los sujetos y objetos retratados; no obstante, estos esquemas visuales y sonoros reflejarán como la representación de nuestras herencias simbólicas, vinculadas con las poéticas de lo contemporáneo, nos revelan otros diálogos ante el trance de representatividad que enfrentan las conmemoraciones eurocéntricas, los procesos de colonización versus las distopías anticolonizadores.
En resumen, estas ilusiones híbridas de meditación sonora son rescatadas como una faena política que manipula la imposición de las historias hegemónicas e inquisitivas que ha implantado la circulación actual del arte contemporáneo y que pretende forzosamente exotizar, por ejemplo, las tragedias que han sufrido estos pueblos silenciados. Al mismo tiempo, este material escudriña en las afiliaciones que aparecen junto con las auto-determinaciones desde estos territorios pasando por otros paralelos. Elementos que cuajan en el presente en crisis y que anudan este tipo de experiencias de investigación para revisar el marco conceptual expandido que circunda a la memoria no solo local, sino que también global.
[1] Este álbum fue editado en 6 copias y publicado por primera vez en el año 1887. Hoy una de estas copias es custodiada bajo un celoso resguardado dentro de la colección patrimonial del Museo Regional de Magallanes.
[2] Julius Popper (1857- 1893) fue un ingeniero rumano quién ha sido catalogado como uno de los principales mercenarios del exterminio de los Selk’nam que habitaron Tierra del Fuego.
[3] PRIETO, Alfredo, “Los Selk’nam: una sociedad satisfecha”, publicado en Revista Anales, Vol. XV, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes, 1984, pp. 71-79.
[4] GROYS, Boris, “Volverse Público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea” (Buenos Aires: Caja Negra, 2014), p. 83.
[5] STEINWEG, Marcus, “Kunst und Philosophie/Art and Philosophy” (Berlín: Neuer Berliner Kunstverein, 2012), p. 92.
[6] ALONSO, Rodrigo, “Elogio de la low-tech. Historia y estética de las artes electrónicas en América Latina” (Buenos Aires: Luna Editores, 2015), p. 165.
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