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Spotlight

10 febrero 2023

XI Bienal de Lanzarote

"Como la liebre en el páramo"

Aterrizar en la isla cálida cuando comienza realmente el frío en la península. Restar una hora. Recordar la peli de Almodovar Los abrazos rotos. Y como no a César Manrique. La rotonda donde Penélope Cruz y Lluís Homar sufren el accidente es la misma en la que murió Manrique. Lanzarote se convierte en un personaje más del filme. Y para Manrique Lanzarote fue su mejor canvas. Y los cactus y los volcanes sus pigmentos. Las Canarias aparecían dibujadas —al menos en mis tiempos escolares— en la parte inferior derecha del mapa de España. Colocadas en diagonal a Almería —de donde soy— y a Murcia. Deslocalizadas y metidas en un rectángulo. A veces a ese rectángulo le faltaba un vértice. Lanzarote es la más oriental de las Islas Canarias, la más cercana a África. A África en los mapas la suelen dibujar más pequeña en proporción con otros continentes. Las Canarias están muy al sur de Marruecos, encarando la frontera con el Sahara Occidental que asimismo parece dibujada con regla como el rectángulo del mapa. Lanzarote es de todo el archipielago, la que está más al norte. En teoría, nada tapa la vista de Lanzarote hacia América. Una triangulación: de Lanzarote a África, a la Península Ibérica (Europa) y a América. En psicología triangulación se describe como la táctica de manipulación indirecta que implica a más de dos entes.

Las corrientes existentes en ese triángulo han generado flujos (in/e)migratorios. Una de ellos, la llegada en 1949 de más de 150 migrantes canarios a tierras venezolanas, noticia que recogía la portada de un periódico de la época, ha inspirado a Adonay Bermúdez, director artístico de la 11ª edición de la Bienal de Lanzarote.

El acento de los lanzaroteños es muy próximo al latinoaméricano. Me parece estar en el trópico. Siguiendo con las geolocalizaciones, resulta que el archipiélago canario se sitúa 4º por encima del trópico de Cáncer, entre los 28 y 30º de latitud norte. Con esta ubicación subtropical me dispongo a mencionar a uno de los personajes más citados del arte contemporáneo, Édouard Glissant y lo que él llama la «noche tropical» con sus «espíritus y figuras que pesan sobre los hombros». La noche tropical —el silencio y el ruido, la oscuridad y el océano— abre un portal a distintos órdenes de la realidad, desbloquea la imaginación y permite reconfigurar nuestra posición en el mundo. Esta bienal está dedicada al potencial político de la imaginación, presenta recuerdos, relatos e historias sobre violencia patriarcal, memoria histórica, colonialismo, fronteras,  emigración o exilio, que han dado forma a esta imaginación.

Siguiendo con Glissant, convertido en ejemplo casi paradigmático de la negritud, de la criollización y de la teoría postcolonial, y cómo se enfrenta a lugares dialécticos fijos: colonizador/colonizado; yo/el otro[1] Édouard Glissant en http://arte-nuevo.blogspot.com/2008/11/douard-glissant.html, la bienal tiene un marcado carácter latinoamericano, ¿colonizado/colonizador?, tratando esta relación como una transición desde la multiculturalidad a la interculturalidad. Momento en el que distintas culturas interactúan y generan expresiones culturales compartidas al más puro estilo del antillano y su Poética de la relación.

En el contexto de la negritud, la performance registrada en video Mediterráneo del cubano Carlos Martiel nos recuerda que vivimos en una sociedad antinegra y lo que cuesta mantener la respiración en un cuerpo negro. Durante la 57ª Bienal de Venecia y rodeado de cuerpos blancos, Martiel se sumerge en una urna de cristal que se va llenando paulatinamente con agua del mar Mediterráneo. Con esta pieza el cubano alude también a las políticas de inmigración y al Mediterráneo como metáfora de la libertad y como trampa mortal para los que a esa libertad aspiran.

Tratado de maracas negras es una de las dos piezas del venezolano Marcos Montiel Soto, a pesar de ser blanco él, tiene como protagonistas dos maracas negras. Estas maracas danzan en un paisaje surrealista y volcánico en los alrededores de Teseguite, Lanzarote. Teseguite significa poblado o aldea. Este pequeño pueblo fue fundado por esclavos procedentes de Africa a los que se les prohibió instalarse en Teguise, antigua capital de la isla.

Y más derivas migratorias, esta vez sobre como el comercio y como la introducción de especies con fines económicos entreteje una red de relaciones capaz de cambiar las sociedades, incluso el paisaje del territorio. La muestra individual Los ojos bajo la sombra de la mexicana Tania Candiani parte de un proyecto anterior inspirado por las mujeres japonesas encerradas en campos de concentración estadounidenses tras la 2ª Guerra Mundial y obligadas a tejer enormes redes de camuflaje. Para esta pieza, en el papel de tejedoras, Candiani ha situado artesanas lanzaroteñas que trabajan con la cochinilla. Imposible tener más flujos migratorios interconectados: el insecto productor de color carmesí y sus derivados llega en 1835  a la isla de Lanzarote desde la Península Ibérica, procedente de México.

Como la liebre en el páramo es título de la bienal, un homenaje al poeta Leandro Perdomo (Lanzarote, 1921-1993) en el 30 aniversario de su muerte. A lo largo de sus cuatro meses en display el evento ha ido revelando una serie de episodios a través de exposiciones colectivas e individuales y multitud de activaciones mediante conferencias, paneles, proyecciones y performances que tienen como escenario todo la isla.

Uno de los primeros capítulos fue la expo colectiva Bienes ocultos. En ella se habló de fronteras y de estados amurallados. De las crueles políticas neoliberales. Del declive de la democracia, de los feminicidios. De la presión migratoria, o las necropolíticas. Y contó con la imaginación de Tracey Emin, la canaria Teresa Correa, Lotty Rosenfeld, Julieta Hanono, Teresa Margolles o Mounir Fatmi entre otres.

Más injusticias, y más referencias cinematógraficas. El 2 de octubre de 1968, en la Ciudad de México se suscitó una terrible matanza en Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, provocando la muerte de más de 300 personas. Fue la brutal culminación de delitos que podrían ser considerados contra la humanidad, perpetrados por el gobierno de México contra de los estudiantes. La mexicana Ximena Labra presenta el filme Tlatelolco Public Space Odyssey, inspirándose en el principio de la visionaria película 2001: Una odisea del espacio de Stanley Kubrick, estrenada asímismo en 1968. Este filme representa el descubrimiento de una escultura misteriosa y minimalista en el espacio exterior. Pues Labra diseña una estrategia para infundirle poderes alucinantes al también monolítico «Monumento a las Víctimas de Tlatelolco». Para ello reparte copias del monumento en diferentes puntos de Ciudad de México y registra las «mínimas» reacciones de las personas que interaccionan con las copias del monumento.

Para acabar este recorrido por la bienal, volvemos al inicio con una especie de flash backPrimero porque regresando a los mapas, la obra Monumento a la oscuridad está exactamente geolicalizada a 28°28’11″N 16°13’32″W en el océano Atlántico. Y segundo porque la imaginación de los artistas esta vez se traslada a la memoria histórica, uno de los múltiples nudos dramáticos de Madres paralelas, la última película de Almodóvar. Eugenio Merino y Miguel G. Morales recuperan la figura del poeta tinerfeño Domingo López Torres arrojado al mar por los franquistas en un saco lleno de piedras. Mediante la colaboración con investigadores del colectivo Memoria Histórica, los artistas fijan el punto donde se cometió el asesinato de López Torres y colocan una placa conmemorativa de bronce donde se lee «Monumento a la oscuridad».

Pero a la bienal todavía le quedan cerca de dos meses. Continúa con la expo colectiva Las palabras que aún no poseemos inspirada en el texto La hermana, la extranjera de Audre Lorde. «Hermana/extrajera», esta doble idea que obsesionó a la escritora, sigue siendo fundamental en las narrativas feministas actuales. Esta vez contará con la imaginación de las artistas Carmela Garcia, Marina Vargas, Martha Rosler, Julia Galán, Doris Salcedo, Agnes Essonti y Shadi Gharidian. Porque sus obras se centran en la capacidad de hablar y visibilizar aquellos silencios que han condenado las vidas de las mujeres durante décadas.

La 11ª edición de la Bienal de arte de Lanzarote finaliza el 30 de marzo. Toda la info en su web.

[Foto de portada: “Mediterráneo” de Carlos Martiel, fotograma]

“Mediterráneo” de Carlos Martiel. Vista de la expo en el CIAM de Lanzarote

“Mediterráneo” de Carlos Martiel. Vista de la expo en el MIAC de Lanzarote

“Tratado las maracas negras” de Marcos Montiel Soto. Vista instalación en el CIAM Lanzarote

“Tratado las maracas negras” de Marcos Montiel Soto. Vista instalación en el MIAC Lanzarote

“Los ojos bajo la sombra” de Tania Candiani

“Los ojos bajo la sombra” de Tania Candiani. Vista de la expo en el MIAC de Lanzarote

“Tlatelolco Public Space Odyssey” de Ximena Labra. Fotograma

“Tlatelolco Public Space Odyssey” de Ximena Labra. Fotograma

“Monumento a la oscuridad”, de Eugenio Merino y Miguel G. Morales. Fotograma

“Monumento a la oscuridad”, de Eugenio Merino y Miguel G. Morales. Fotograma

Vista de la expo colectiva “Bienes ocultos”

Vista de la expo colectiva “Bienes ocultos” en el MIAC de Lanzarote

 

María Muñoz es gestora cultural y educadora formada en Historia del Arte e Ingeniería de Telecomunicaciones, esa hibridez forma parte de su naturaleza. Ha sido profesora de «Historia del Arte de la primera mitad del siglo XX» en ESDI y actualmente imparte la asignatura de «Arte en un contexto global» en el Master de Gestión Cultural IL3 de la Universitat de Barcelona. Además, a caballo entre Berlín y Barcelona, colabora habitualmente en diferentes medios escribiendo sobre arte y cultura y haciendo hincapié en la confluencia entre arte, sociedad/política y tecnología. Le apasiona la imagen en movimiento, la música generada electrónicamente y los medios digitales.

Retrato: Sebastian Busse 

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