¡El arte contemporáneo celebra el renacimiento del textil! Tejer ha significado en 2022 una de las expresiones favoritas de las artistas contemporáneas. Y digo las artistas, ya que ellas han sabido resignificar una práctica, en principio, degradada por la relación con lo femenino, y la han situado en primer plano como un arma de reivindicación y de expresión.

El s. XVIII y la Ilustración se encargaron de degradar al textil como una de las “artes menores”, sobre todo por su vínculo con la feminidad; sin embargo, obras como el Tapiz —bordado— de Bayeux nos muestran hasta qué punto el textil, antes de su degradación, era utilizado para decorar y narrar las historias más importantes en época medieval. Hoy en día desnudas, las principales iglesias y palacios se decoraban con tapices, bordados y todo tipo de tejidos que servían como forma simbólica de prestigio.

Tapiz de Bayeux, 1066, Bayeux Museum. Créditos de foto: Ville de Bayeux. Disponible en: https://www.bayeuxmuseum.com/en/the-bayeux-tapestry/

Después de su abandono y degradación, este 2022 las prácticas textiles han vuelto con la intención de revolucionar el panorama actual del arte. Para entender este hecho, debemos atender a uno de los eventos más prestigiosos del arte contemporáneo: la Biennale de Venecia. Elisabet Trulla, en el artículo «El Comeback del teixit», incluido en el tercer número de la revista Hartes^[1]Disponible en: https://issuu.com/hartesconhache/docs/hartes_por_p_ginas, nos cuenta el gran impacto y representación que el tejido ha tenido en el evento: lo encontramos en el pabellón nacional de Kosovo, con la gran obra de Jakup Ferri; en el pabellón de Kenia, con la colaboración de varios artistas; en el pabellón de Kirghizistan, con el trabajo de Firouz Farman; en el de Polonia, de la mano de la artista Malgorzata Mirga-Tas; y en el de Uganda, con las obras de Acaye Kerunen y Collin Sekajugo. E incluso en el mundo surrealista The Milk of Dreams de la comisaria Cecilia Alemani, que se construye de forma más evidente entre el Pabellón Central y el Arsenale, vemos como las obras de las artistas Sofia Farhat, Myrlande Constant, Mrinalini Mukherjee o Violeta Parra se adentran y forman parte de éste desde su producción basada en el textil. Cada uno con sus peculiaridades, todos los trabajos comparten un nexo común: basándose en la tradición que conlleva el textil y el tejer, reinterpretan, inventan y crean un nexo de unión entre la tradición y la actualidad.

Vista de la exposición Re-echanting the World, Malgorzata Mirga-Tas, Pabellón Nacional de Polonia, Biennale de Venecia, 2022. Foto: Marco Cappelletti.

Pero tampoco hace falta irnos tan lejos, ya que, en nuestro contexto más cercano, en la propia Barcelona, el textil ha estado muy presente: el MACBA, la institución más importante de Barcelona en cuanto a arte contemporáneo se refiere, presentó el trabajo de Teresa Lanceta en Tejer como código abierto, una serie de telas que inundaron las diferentes salas del centro. Lanceta entiende el acto de tejer como un código abierto, una práctica que permite leer, transformar y transmitir historias del Raval o del Atlas Medio —lugares que tienen un significado para ella— a través de la técnica, un conocimiento que se construye a la vez que la tela. Esto hace que sus obras sean el mensaje a la vez que código, canal y contexto.

Vista de la exposición Teresa Lanceta. Tejer como código abierto, MACBA, 2022. Foto: Miquel Coll.

Y no es solo en los grandes circuitos, sino que las telas y el tejer han formado parte del panorama más alternativo de la ciudad. Así, Bombon Projects de Barcelona, que apuesta por jóvenes artistas, nos acercó la obra de Noela Covelo. En la sala, la artista creó una gran construcción, donde un conjunto de piezas textiles cosidas entre sí se iba tensando, mientras sonaba de fondo una música estridente. La significación que se podía extraer era diversa, pero sobre todo podemos encontrar esa relación entre la ropa, el acto de coser y las presiones sociales volcadas hacia el sector femenino, en lo que podríamos entender como una ironía de la expresión “coser y cantar”.

Vista de la exposición Quiero ser importante para ti, Noela Covelo, Bombon Projects, 2022. Foto disponible en: https://bombonprojects.com/exhibition/quiero-ser-imporante-para-ti/

Como vemos, el textil este 2022 ha demostrado su capacidad expresiva: es capaz de hablarnos de tradición, pero a la vez de explicar y reinterpretar la historia, desde el Tapiz de Bayeux a Malgorzata Mirga-Tas y Teresa Lanceta en la actualidad; permite hablar sobre el vínculo del material y quién lo crea, nos habla de una historia personal, como hacen la misma Lanceta y Noela Covelo; y a la vez es capaz de devolver la monumentalidad con la que antaño contaba en el contexto social actual, como se demuestra en The Monumentality of the Everyday de Jakup Ferri, donde el artista viste el contemporáneo fondo blanco de la misma forma que se vestían las catedrales y los palacios del pasado. El coser y el tejido han vuelto para convertirse en una de las herramientas más utilizadas por las artistas. ¿Podrá este 2023 que arranca demostrar que el textil ha vuelto para quedarse?

[Imagen destacada: Vista de la exposición The Monumentality of the Everyday, Jakup Ferri, Pabellón Nacional de la República de Kosovo, Biennale de Venecia, 2022. Foto: Andrea Avezzù.]