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Ahora que el debate sobre inteligencia artificial está a la orden del día, sobre cómo y quién puede regular sus límites y alcances, recuperamos un editorial dirigido por María Muñoz y publicado en el año 2019 en el que se propuso explorar «nuestra existencia hiperconectada, sobre el uso de la tecnología y la información en nuestra sociedad, sobre el poder de los algoritmos que deciden por nosotros y su impacto en la cultura contemporánea». Junto a ella, Lorenzo Sandoval profundizó en los orígenes del algoritmo, en un momento y un lugar concretos: el siglo IX en el actual Uzbekistán; Armen Avanessian presentaba cuatro aforismos sobre un futuro presente plenamente digital; Kostis Stafylakis se adentraba en la polarización en las relaciones sociales; Ana Llurba hablaba con Momu & Noes sobre hiperconectividad; Peter Kirn nos acercaba al aprendizaje automático como nuevo método para asimilar la teoría musical y, finalmente, Bani Brusadin alertaba de cómo la obsesión por el futuro nos puede llevar a descuidar el presente…
A través de conceptos asociativos y juegos de literalidad-no-literalidad, estas sugerencias musicales destilan, complementan o potencian el tema desarrollado en el editorial.
ALGORITMOS DE PODER
Enlazando con la cita de Michael Pepi que encabeza el editorial de María Muñoz, se me ocurrió recalcar que esa capacidad de decisión externalizada, instaurada a la hora de elegir la música, podría ilustrar el texto. Quedándonos, de una manera lúdica, con esa supuesta magia que funciona detrás del algoritmo de nuestros consumos del día a día.
Empecemos con este pequeño juego, un aparente sencillo algoritmo de búsqueda, quizá el procedimiento más básico, encontrar en bases de datos, que pueden estar sesgadas con diferentes paramentos, claro está, y así elegir, entre varias posibilidades, qué escuchar mientras leo el texto.
Utilizando un contador de palabras online aplicado al texto de María, encuentro que el sustantivo más repetido, ocho veces, es: digital. Otros datos generales sobre el texto podrían ser, el año en que se publicó y el país, España.
Vayamos a las plataformas o aplicaciones, dedicadas a lo musical, que utilizo en mi día a día, las que más a mano tengo, estas son: Bandcamp (plataforma de músicos independientes que funciona como tienda), Tidal (plataforma de streaming, mi sustituto al estándar Spotify*) y Discogs (sitio web y base de datos de información acerca de música publicada, creado por usuarios). Por último, el buscador Google, con un objeto de búsqueda más elaborado. Evito YouTube por la inmensidad de contenido, que a priori no puedo acotar solo a la búsqueda de canciones con esa palabra.
*Aclaro que no uso Spotify para escuchar música, solo podcast, y no tengo cuenta premium, la razón es la nefasta política de remuneración a los artistas y creadores del producto gracias al cual la compañía se enriquece desmesuradamente. Aquí un artículo que ayuda a entender esta decisión que muchos tomamos. Aún así, solo por el mero hecho de involucrarlo en este artículo, he pedio logearme en una cuenta de una persona cercana y practicar el juego.
Poniendo como palabra clave — digital — en la búsqueda de canciones (que la incluyan en su título), o en las páginas o aplicaciones que se permite, más palabras clave o frases completas o acotando los filtros de búsqueda, aparecen listadas canciones, estas son:
– Bandcamp. INPUT: digital, track. OUTPUT: The Weeknd – Blinding Lights (Mass Digital Remix) – Mass Digital
– Tidal: INPUT: digital, canciones. OUTPUT: M Pavanjay – Digital Drop
– Discogs: INPUT: digital, 2016, Spain, relevance. OUTPUT: Ohm Saw – Digital
– Spotify: INPUT: digital, canciones. OUTPUT
Los diferentes resultados nos permiten apreciar, a simple vista y sin saber el procesamiento exacto, que ese misterio y magia en lo que recibimos, nunca es inocente. Sin entrar en análisis en detalle, la conclusión elemental es que, entremos o no en el juego de delegar, debemos entender bien al menos su funcionamiento e implicaciones. Quedémonos con el simple razonamiento al pensar, más que en los resultados, en todo aquello que no se nos muestra, y el por qué (y el «por quién») de esa omisión.
Ahora bien, qué canción elegirás hoy es cosa tuya, yo ya hice mi elección.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)