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Dar vueltas y vueltas

Magazine

27 junio 2022
Tema del Mes: Anormalidades mágicasEditor/a Residente: blanca arias

Dar vueltas y vueltas

Desde 2018 llevo dándole vueltas el concepto “nueva sinceridad”, este término paraguas del que nos apropiamos maltraduciendo la New Sincerity anglosajona y que consiste en ese umbral de desconfianza que se genera entre la sinceridad extrema y un tanto exagerada y la post-ironía desafectada.

En esta ocasión quería abordar la nueva sinceridad desde la idea de la repetición, de las cosas que vuelven, las temporalidades cíclicas, las espirales, el deja vu, el anacronismo o el pensamiento mítico y su relación con las temporalidades y estéticas queer. Quiero pensar que hay algo de neosincero en lo que vuelve, porque las vueltas nunca son del todo genuinas. Cuando algo se vuelve a poner de moda, se entremezcla con lo contemporáneo y por lo tanto da lugar a formas estéticas de pastiche, de mezcla. Se generan anacronismos extraños que crean sospecha sobre si esa estética es irónica o sincera. Como todas hemos aprendido a golpe de secuela de películas: “segundas partes nunca fueron buenas”.

Una de las cosas que me llevó a pensar la nueva sinceridad en relación a la repetición y las estéticas queer es esta estampita de Fernanda Laguna que nos regaló María Salgado en una sesión del seminario Euraca sobre la editorial argentina Belleza y felicidad. Algo pequeño. Como una pequeñísima carta de invitación que llegó hasta nosotras y que no tendría por qué habernos llegado nunca. Un regalo.

¡Vamos nenx! de Fernanda Laguna, imagen de la autora

Según Cynthia Francica, buena parte de las ediciones de Belleza y felicidad tienen que ver con este gesto de dar un regalo, a través de pequeños objetos como pendientes o juguetes que se incluían dentro de las bolsitas de plástico en las que venían envueltos los fanzines[1]FRANCICA, Cynthia (2015) «Lo ‘queer infantil’ en la literatura de Belleza y Felicidad. Temporalidad, crisis y política.» en Pretérito Indefinido: Afectos y emociones en las … Continue reading. Este juguete que se regala convierte a la lectora en niña y al libro en un objeto con el que jugar. Se produce así un viaje infantil en el que la lectora se aniña a través de las narraciones infantiles, fantásticas, cursis que definen a estas ediciones. Pero donde este aniñamiento está también cargado de erotismo y sexo queer, donde lo infantil, por lo tanto, es reapropiado para ser el medio de narración de vivencias e historias queer.

Este deseo de vulnerabilidad o de aniñamiento queer no tiene que ver simplemente con un deseo de infancia, sino con una infancia negada donde la escritura se puede volver, como dice Camila Sosa, un ejercicio de acunamiento y ternura que nos permita evocar también las infancias que no tuvimos: “Ando siempre en mi ronda infantil, dando círculos dentro de mí. Tengo otra edad cuando escribo. Soy una niña travesti perversa y atribulada. Soy la niña que se escapa de sus padres y termina en los brazos de la literatura. O que por fin se acuna a sí misma cuando escribe”[2]SOSA VILLADA, Camila (2021) El viaje inútil, Segovia: La Uña Rota, p. 29..Pero insisto, las vueltas siempre son por segunda vez, nunca son del todo genuinas, sinceras, y por lo tanto ya no nos acunan nuestros padres, sino que nos acunamos nosotras, a nosotras mismas, como dice Camila Sosa: por fin.

Esta vuelta de la ternura, este por fin de una vulnerabilidad negada, me hace pensar en lo que Sianne Ngai identifica como un giro hacia lo placentero dentro de las corrientes estéticas contemporáneas. En Nuestras categorías estéticas: cute, interesting, zine Ngai nos dice que lo “cute”, lo mono, tiene que ver con las cositas pequeñas, los seres y objetos que nos generan deseo de protección ante su vulnerabilidad y particularmente con lo doméstico[3]NGAI, Sianne (2010) Our Aesthetic Categories: Zany, Cute, Interesting, Cambridge: Harvard University Press.. Estéticas que podríamos llamar acolchadas, peluchísticas, pero también y en muchos casos alienígenas y monstruosas. Imágenes y seres suaves, que quieres tocar, que nos tocan.

ASMR 360º (VR-IMMERSIVE) -💖ERES MI MUÑECA, BIENVENIDO A MI CASA DE MUÑECAS ASMR💖de Cruelaudia, 2019

Elizabeth Freeman habla de la relación erótica que desarrollamos con ciertas obras de arte, con las imágenes, que remiten a sensaciones táctiles y que, para ella, está muy relacionado con la producción de un arte queer[4]FREEMAN, Elizabeth (2010) Time Binds, Durham: Duke University Press.. Esculturas suaves, que no podemos tocar, óleos en museos que no podemos chupar, avatares e imágenes de hadas digitales que no podemos acariciar, que no podemos abrazar. Todas estas imágenes nos invitan a pensar una estética por venir, unos códigos no antropomorfos por llegar y despierta una erótica no conocida donde el peluche se convierte en un medio de fabulación de futuros más amables, más dulces y blanditos.

Allyson Mitchell, Ladies Sasquatch, 2006-2010

Con mi amiga, compañera ontóloga y partner in crime Laura Tabarés acuñamos un término, que ahora os regalo también a vosotras, lectoras, que es feísmo élfico. El feísmo élfico representa, precisamente, este gesto neosincero, sospechoso, de que adultes reclamen estas estéticas que vivieron en sus adolescencias, en sus infancias pero que en esta vuelta, lo hagan de forma fantástica. Un poco deformadas, incluso. El feísmo élfico, el cottagecore, el fairycore, lo peluchístico, lo neosincero. Todos estos términos que os lanzo pueden sernos de ayuda para pensar una estética queer, que abrace las temporalidades no lineales y que critiquen con estas vueltas desquiciadas la crononormatividad de la que habla Elizabeth Freeman. Aquellas que hacen que vuelvan figuras e historias que quedaron atrás. En la infancia, pero también en el mito o en la fantasía. Heather Love también habla en su libro Feeling Backward de cómo las estéticas queer tienen que ver con el gesto de mirar hacia atrás, de volverse o de lo que vuelve. La historia estaría llena de referencias a estos sujetos que no cumplen el mandato moderno de progresión y que se giran, se quedan atrás, no avanzan[5]LOVE, Heather (2007) Feeling Backward, Loss and the Politics of Queer History. Las propias sirenas, de las que se ha hablado también en este monográfico son aquellas que hacen que nos volvamos, con su canto, a un tiempo pasado. Aquellas que retienen a quienes deseaban avanzar.

Le pregunto a la editora del mes de este Magazine, blanca arias qué relación encuentra ella con este reclamo de las estéticas élficas, las hadas, las genealogías fantasiosas desde una perspectiva queer que abrace las temporalidades y estéticas infantiles en relación a su producción artística y concretamente en relación a su pieza BolloislaMe comenta que cuando estaba haciendo la pieza se encontró con que la complejidad de crear un mundo en 3D también pasaba porque muchas veces tenía que simplificar las cosas. Y que en esta simplificación ella elegía imágenes conocidas de su adolescencia, como unas alas en png cutre similares a las que habría mandado por Messenger.

blanca arias, Bolloisla, fotograma, 2020

Pero que también leyó el capítulo final de Seguir con el problema de Donna Haraway, donde plantea un relato en clave especulativa para futuros sostenibles en interrelación con otras especies[6]HARAWAY, Donna (2020) Seguir con el problema, Bilbao: Consonni.. En este texto Haraway genera toda una mitología, unos nuevos mitos queer, extraños, centrada en las mariposas monarca y sus relaciones con Los Niños del Compost, que hizo que se planteara esos mismos personajes en términos posthumanos, en interrogarse por qué significa que esos cuerpos tengan alas. En este deseo de seguir pensando las hadas, hay algo de conexión con una creencia y un anhelo por lo fantástico en la infancia, pero también por pensar nuevas mitologías a futuro.

Dar tantas vueltas sobre lo mismo para hacer que el tiempo no se reconozca, que siga desquiciado. Hacer ejercicios de repetición, memorización, olvido y generación de leyendas y de mitos. De nuevas leyendas, también. Seguir con el problema, que vuelve una y otra vez implica también generar mitologías para hacer frente a los futuros queer y extraños que necesitamos.

 

[Foto de portada: Irene Izard, Alas negras (Cuervo), 2021. Imagen de la exposición Rebel Soft en Casa Antillón]

References
1 FRANCICA, Cynthia (2015) «Lo ‘queer infantil’ en la literatura de Belleza y Felicidad. Temporalidad, crisis y política.» en Pretérito Indefinido: Afectos y emociones en las aproximaciones al pasado, Buenos Aires: Blatt & Ríos.
2 SOSA VILLADA, Camila (2021) El viaje inútil, Segovia: La Uña Rota, p. 29.
3 NGAI, Sianne (2010) Our Aesthetic Categories: Zany, Cute, Interesting, Cambridge: Harvard University Press.
4 FREEMAN, Elizabeth (2010) Time Binds, Durham: Duke University Press.
5 LOVE, Heather (2007) Feeling Backward, Loss and the Politics of Queer History
6 HARAWAY, Donna (2020) Seguir con el problema, Bilbao: Consonni.

Elena Castro Córdoba (Madrid, 1993) es graduada en filosofía (UCM) Master Gender, Media and Culture (Goldsmiths University). Es contratada predoctoral en la Universidad Complutense donde realiza una tesis sobre temporalidades queer y afectivas. Investiga y escribe sobre feminismo contemporáneo, archivo, políticas temporales y su interrelación con estéticas contemporáneas. Es también comadre del colectivo de producción cultural Ontologías Feministas especializado en virtualidad y actividades con perspectiva feminista. Con ellas comparte el sueño de ser alumnas, profesoras y directoras de su propia escuela.

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