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No es casualidad que dedicásemos el mes de marzo a hablar de feminismos. El 8 es el día internacional de la mujer trabajadora, que conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad de oportunidades, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Se celebró por primera vez en 1911, pero la fuerza que han ganado los feminismos estos últimos años ha hecho que 2018 se convierta en hito en lugares como España. Una huelga feminista, convocada y respaldada por sindicatos y asociaciones feministas y LGBTI de todo el país, consiguió reunir en la calle a millones de personas reivindicando sus derechos.
En A*Desk nos unimos a la huelga y decidimos dar espacio a la reflexión sobre el lugar que ocupa la mujer en la sociedad y en el mundo del arte. Irina Mutt nos hablaba del “síndrome de la impostora” a propósito de I love Dick y de los pocos (y cada vez menos) espacios de poder ocupados por mujeres en este sector. ¿Es cierto que nos falta seguridad en nosotras mismas? Será verdad que solo llegan lejos aquellas que se comportan como hombretones machunos?
Xavi Acarín reflexionaba sobre la política cultural hecha por estos machos nuestros que nos gobiernan, una política cultural basada en lo masivo, lo visible, lo grandilocuente que se apoya en discursos que denigran a la mujer, a las minorías y a las clases dominadas. Reivindicaba diferentes corrientes feministas para luchar contra la desigualdad y apuntaba al artista como agente disidente que puede provocar cambios. ¿De qué manera?
Sonia Fernández Pan y Alexandra Laudo nos daban algunas ideas, recordando iniciativas puestas en marcha por los poderes públicos en Suecia -país particularmente sensible a la igualdad de género- o reivindicando una escritura feminista basada en los afectos que favorece una forma de cita no legitimadora sino inclusiva.
Este mes, el ambiente en las redes sociales españolas ha estado calentito, con señores indignados con el feminismo, con las mujeres protestando y con todo lo que huela a progreso social. ¿Qué pasaría si les hiciéramos leer a Chimamanda Ngozi Adichie? ¿Les parecería demasiado básico o nos querrían echar a la hoguera? Aún queda camino por recorrer.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)