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Kim y su complejo mundo 

Magazine

06 diciembre 2021
Tema del Mes: Rebranding: moda y activismoEditor/a Residente: Roberto Majano

Kim y su complejo mundo 

Si hay una fantasía que persiste en mi imaginación y me hace elucubrar miles de diferentes posibilidades esa es la invisibilidad. Si un día pudiese pedir un deseo y después de haber intentando la triquiñuela obvia de poder pedir más, y después de que mi genio de la lámpara, o hada madrina o espíritu de la Navidad pasada me hubiese mirado con sorna cómo si yo fuese el único con semejante idea, llegado el momento de elegir, cerraría los ojos con fuerza y agitaría la nariz para poder ser invisible según mi voluntad. Y recalco, siempre según mi voluntad, porque como en toda fantasía, el control sobre ella marca la sutil línea entre el placer o la más absoluta pesadilla. 

Y aquí es dónde nuestro espíritu de la Gala Met pasada (pongamos que estamos en 2025) nos lleva de la mano volando a través de la ventanas de Nueva York hasta el Metropolitan para que podamos ver a Kim como la Nada del teatro Kabuki, Kim es Todo, Kim es Nada. Desde luego hay algo oriental, hay musulmán, lo judío, Instagram, ortodoxo, católico, queer, neo-feminista (si el término existe), produce rechazo, es trending topic, ES, sin lugar a dudas ES, existe, tiene entidad, es fuerte y produce tensión. Aquí tenemos la sopa magmática de nuestro terrible Zeitgeist, un Air du temps que te corta la piel y agita tu respiración. Esta chica es todo menos aburrida. 

De la mano de nuestro espíritu volador volvemos a nuestro hipotético presente y como ningún deseo es gratis, nos deja para que podamos reflexionar; ¿qué hemos aprendido de todo esto? ¿Hay algo que aprender? Vamos a intentar desentrañar algún misterio oculto pero quizá, y cómo decía Warhol, Kim es simplemente lo que ves, no hay nada más. Y simplemente también Kim dijo a cerca de su burka ajustado (y estas dos palabras juntas ya de por sí me hacen pensar) – What´s more American than a T-shirt head to toe?! – y como Warhol, como la Coca-cola, como Instagram, si algo hemos aprendido de los americanos es que no hay poder más grande que el de la visibilidad. 

Moral y deseo siempre han ido por caminos paralelos, siendo espejos que se auto proyectan en infinito por y para lo finito que representa el cuerpo. Y en general, y sin saber muy bien aún el por qué y el cuándo, prácticamente la totalidad de las culturas han utilizado el cuerpo de la mujer como representación tanto de sus valores como contravalores. De sus deseos, de sus anhelos, de sus leyes y sus principios, de sus repulsas y sus crímenes. No es lo que dice, ni cómo lo dice, sino lo que lleva y por qué lo lleva. Una vez leí un testimonio de una mujer afgana que había conseguido escapar al burka y sin grandes alegatos de por medio, simplemente relataba que al llevarlo el peso es tan grande al caminar, y la asfixia dentro está tan presente, que prácticamente la totalidad de tu energía se concentra en respirar, poder respirar, poder seguir, un paso más, poder respirar. Seguía diciendo, resulta difícil pensar, resulta difícil hablar, resulta difícil comer, te tienes que concentrar vivamente en inhalar y exhalar aire. Su Air du temps se me antoja más complejo que el de Kim, ¿es el aire americano, el aire de Calabasas, más respirable y user-friendly que el afgano? ¿Son todos los aires los mismos o también en esto nos diferenciamos? 

Mujeres llevando burkas / Agencias

Volvamos a la gala, Kim camina totalmente cubierta como la Nada de los personajes Nada del teatro Kabuki. Estos personajes aparecían y desaparecían en escena para cambiar a los personajes reales sus kimonos, abrirlos, cerrarlos, darles instrumentos, cambiarles las máscaras, cambiar los escenarios, facilitarles su existencia dentro de la ficción de la obra. Y aquí nos encontramos con una narrativa del poder a través de la visibilidad y la invisibilidad. Me pregunto y pregunto a mi espíritu de la Gala del Met pasada, ¿en qué se diferencian esos personajes Nada de los personajes que han montado la carpa del Met, que han aspirado la alfombra de la carpa del Met, que han planchado los manteles, colocado las flores y doblado la esquina del papel higiénico de los baños de la gala del Met? ¿Ha querido Kim rendir homenaje a todas esas sombras que facilitan su paseíllo, su photo call, su cena sin comer y su no menos complicado,  escenográfico y de momento aún privado pis? ¿Es ese el mensaje? Podría ser, aunque Calabasas está muy lejos de Jersey como para preguntar y creo que Kim no les sigue en Instagram. 

Perfil de uno de los seguidores de Kim Kardashian (262 millones) / Instagram

Y como en todo buen misterio no hay una sola y única solución, sino múltiples y dispares explicaciones que perpetúan el enigma y lo convierten así en epic moment of the year. Y yo quiero seguir preguntándome sobre lo visible e invisible de nuestra controvertida heroína-villana-performer y no puedo seguir haciéndolo sin hablar de su anti-Pigmalión, el cerebro y corazón detrás de este fashion moment 2021. Decían de Cristobal Balenciaga que era un hombre muy vasco, reservado a la vez que temperamental, racional pero apasionado, complejo a la vez que cercano, en fin, todas esas contradicciones que suelen escribir los biógrafos de los maestros, esos, en general hombres, que han alcanzado el podium de maestro de cualquier disciplina que podamos imaginar. Pero no quiero reflexionar en cómo construimos a nuestros genios ya que eso me llevaría al menos otro artículo. Lo que me interesa de Cristobal, y he aquí que utilizo su nombre de pila como hacemos con nuestras genias (aquí el autocorrector me ha cambiado la palabra directamente a genios) a las que simplemente llamamos Frida o en nuestro caso Kim. Y como decía, lo que verdaderamente me interesa de Cristobal es su complejo mundo de clases. Hemos crecido escuchando que la clase ni se compra ni se vende, la clase se hereda, la clase se mama, ese sutil universo de códigos que normalmente restringen más que permiten y que otorga a los iniciados el saberse poseedores de un poder secreto que les diferencia de los otros, en definitiva y siguiendo cualquier narrativa centrada en la diferenciación, les hace invariablemente mejores. Y fue en ese arcaico concepto de clase dónde Balenciaga reinó como maestro de los maestros, como sacerdotisa suprema dictando lo que marquesas y duquesas y princesas debían o no llevar. Cristobal, que había nacido siendo el hijo de la costurera que iba cada verano a la casa de la marquesa de Casa Torres a meter dobladillos, coser cortinas y arreglar todo lo que era necesario para que dicha marquesa flotase en una perfectamente cosida y plácida existencia. Y he aquí otra vez que yo me pregunto – ¿Acaso no hay nada más subversivo que acabar dominando a la gente que un día te dominó? – ¿Había ya en la ropa de Balenciaga una arquitectónica venganza de clase? – tampoco lo sabremos, pero si nos sirve para empezar a conocer a Demna Gvasalia. Sí, este hombre detrás de un nombre que apenas puedo pronunciar.

Si hay algo que le pueda identificar es la subversión. Es radical y con una estética que fluctúa entre la atómica Chernóbil, la caída del muro de Berlín, la cola de Berghain y el Marais de París ha propuesto una moda/identidad bastante difícil de clasificar. Y si hay algo que defina nuestros tiempos es la desclasificación. Pero una desclasificación construida, una desclasificación elitista que permite a sus élites jugar con conceptos que en realidad pertenecen a esa inmensa mayoría de no-clasificados que habitan en la invisibilidad – ¿Quería Demna, a través de Kim, rendir homenaje a los followers de esta, vistiéndola de follower? – ¿No son acaso dichos followers (y lo siento, no me incluyo en su lista) personajes sin identidad, sin cara, una K o M que van engordando su cuenta de Instagram y por ende su(s) cuenta(s) de banco?. Había un juego en la Edad Media que permitía una vez al año a los amos vestirse de siervos y a los siervos de amos. Este día del Mundo al revés permitía perpetuar su sistema al igual que nosotros perpetuamos a los protagonistas de Instagram apropiándonos de sus historias, de sus familias, de los espacios que habitan, de sus marcas, de los sueños que sueñan, de sus bellas miserias. Si había alguien capaz de lanzar un fashion moment 2021 tan complejo pero simple, tan críptico como obvio, ese era el tándem entre Demna y Kim – What´s more American than a T-shirt head to toe?! – What is easier than to play with the contraries? What could be stronger than a simple thing? Y aquí para terminar, me vuelvo a preguntar, y pregunto al genio de la lámpara, al hada madrina y al espíritu de la Navidad pasada quién es realmente Kim, y en la pregunta lo único que consigo es hacerme otra más ¿Acaso nos importa? Vestida o sin vestir, con culo o sin el, su cara, su vida, sus triunfos y sus bellas miserias reinan en una dimensión que fácilmente podemos apagar, deja morir la batería de tu iPhone y ahí tienes a Kim vestida por Demna en la Met 2021. 

(Foto portada: Kim Kardashian vestida por Demna Gvasalia / Met Gala 2021 / Theo Wargo for vogue.com / GettyImages)

Jesús Nebreda Galíndez es un especialista en diseño y arte para plataformas digitales con un Master en Gestión Cultural por la City University de Londres cuya tesis versó sobre la Moda como uno de nuestros últimos productos culturales como sociedad. Jesús ha trabajado para instituciones como el Museo Británico y Saatchi Gallery y en plataformas de venta de arte y diseño como Pamono y más recientemente Artsy. Colabora de manera regular escribiendo artículos de opinión y entrevistas para las publicaciones METAL, Acero y Neo2.

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