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Acaba de terminar en la sede de la Fundación Juan March de Madrid ‘Paul Klee, Maestro de la Bauhaus’. Abierta desde el 22 de marzo hasta el 30 de junio, la muestra ha dado al público la oportunidad de entender su trabajo plástico al abrigo de sus investigaciones pedagógicas.
Paul Klee fue docente en la Bauhaus entre 1921 y 1931. Diez años en los que impartió la asignatura ‘Teoría de la forma pictórica’. Durante ese tiempo llevó a cabo una intensa actividad de exploración de las relaciones de imagen con sus aplicaciones en el diseño y la arquitectura, pero sobre todo un cuidado análisis de su evolución dentro de las vanguardias artísticas del primer tercio del XX. Su obra se convierte en indicador clave de las fases de análisis que atraviesa su investigación docente.
La muestra en la Juan March coincide con la publicación (en alemán, todavía; por ahora podemos contentarnos con el catálogo) de los apuntes pedagógicos de Klee. Los escritos estaban disponibles para consulta en castellano en la exposición, y dejaban ver el énfasis que el suizo hacía en desarrollar una relación personal con los procesos de investigación. Notas de clase de un increíble valor que, colocadas en sala junto a su propio trabajo, atestiguan la evolución de su pensamiento sobre los elementos básicos de la plástica.
Al visitar la expo una piensa en el debate actual sobre el papel de la institución académica como espacio garante de la autonomía que la investigación en arte necesita. En la urgencia por defender esos espacios y en las fórmulas que podrían salvarlos. Arcadias como la Bauhaus son irreproducibles en el marco institucional actual, por supuesto, pero el gesto humilde del profesor-investigador que busca ser permanentemente transformado por su análisis no debería serlo. Una recuerda sus años como estudiante de Bellas Artes y sólo desea haber presenciado estos gestos con mayor frecuencia.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)