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Hace cinco lunes y un martes, iniciábamos un tema que retronaba en nuestras ganas desde ese editorial que escribimos en el número dedicado al fracaso, pero que va mucho más allá del conflicto bélico.
Es un tema que es múltiple y tan minúsculo e íntimo como grandioso y colectivo. Se configura de forma múltiple, aunque todos sus vértices nacen de una misma realidad. La Sociedad del riesgo, esa sociedad augurada por Ulrich Beck [[La Sociedad del Riesgo: Hacia una nueva Modernidad. Ulrich Beck, Paidos Iberica. 2006]] en la que el desarrollo moderno, junto con sus riesgos sociales, políticos, económicos e industriales tienden cada vez más a escapar a las instituciones de control y protección de la sociedad industrial…ya está aquí.
Y este riesgo –y su consecuente miedo- se convierten en escudo y excusa de políticas de privatización económica y desmantelamiento de lo social; de limitación de libertades; de secuestro de la intimidad y de mayor control en aras de una mayor seguridad. Todo ello suena demasiado parecido al 1984 de Orwell (el futuro ya está aquí), pero son muchos más los referentes artísticos y filosóficos que lidian, desde hace mucho, con esta tensión entre libertad y seguridad/control. Sin ir más lejos, Zimmer Gespräche de Dora García, o, más teatrales, la crítica de El Invernadero de Harold Pinter (hasta la semana pasada en el Teatre Lliure de Barcelona).
Y lo contrastaron nuestros colaboradores empezando por Rosa Naharro, a partir de la imprescindible exposición de Hito Steyerl en el MNCARS, Duty Free Art, donde la artista genera un marco de reflexión por medio del uso y análisis de las imágenes, quién las genera, dónde y cómo se distribuyen, qué alcances y significados tienen…
Ángel Calvo Ulloa conversaba con un Antoni Muntadas, referente inequívoco del trabajo visual entorno el control y Amaia Fernández de Gorostiza firmaba «A contratiempo. Repensando el Estado de Emergencia Global», a partir de Real Time en Arts Santa Mònica.
Por su parte, Marla Jacarilla escribía sobre Harun Farocki en el IVAM, porque pocos como él supieron trasladar a la imagen el miedo, el control y la seguridad. Y cerrábamos con un texto crítico de Eduardo Pérez Soler firma Estado de vigilancia, estado de terror, sobre la instrumentalización del miedo como estrategia fundamental para mantener el orden y el control en el seno de las sociedades hiperconectadas.
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)