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Hace unos años me puse a mirar unos números viejos de Flash Art en una librería de usados de la calle Padilla: tres o cuatro revistas de fines de los noventa, polvorientas y aisladas entre publicaciones de poesía, que no parecían tener nada especial pero igualmente no me explicaba cómo habían ido a parar allí. (A veces uno se pone a mirar algo solamente preguntándose qué le pasó en el medio.) La respuesta estaba en uno de los números, que traía un «especial» sobre Buenos Aires de dos columnas a página y media en blanco y negro, donde había comprimidas unas tres reseñas, la mayoría de ellas adaptaciones de gacetillas de prensa de varias instituciones y galerías en aquel momento neonatas y hoy ya, hace mucho, desaparecidas. El «especial» es realmente especial porque la mayoría de las cosas de las que habla no ocurrieron (o ocurrieron solo en el lenguaje de los sueños de la comunicación promocional) y de las que sí ocurrieron en aquellos años en cambio no se dice nada. Pero esta cosa de los «especiales» sobre un país tiene sus vueltas, pensé entonces al aceptar la invitación de A*Desk a actuar como editor invitado durante el mes de junio y ocuparme del contexto en Argentina. Junio además es el mes de mi cumpleaños (eso solo ya predispone a la mirada retrospectiva). En todo caso me pareció que había que contar algo que no fuera lo más superficial respecto de cómo en un país cierran o abren galerías, se organizan o no bienales, etc. Por alguna de todas estas razones se me ocurrió que mejor alterar la consigna al momento de convocar a Alejo Ponce de León, Delfina Bustamante y Melisa Rheingrüber a escribir artículos sobre el contexto local, y les propuse en cambio enfocarse en algún proceso que pudiera indentificarse con los últimos diez años. Los métodos con los que operar también debían ser distintos: Melisa preparó una crónica cercana a la historia oral, centrada en espacios de artistas de alrededor de 2011, reconstruidos en base a testimonios y recuerdos lejanos; Alejo, en el otro extremo del espectro institucional y estilístico, escribió a propósito del último envío argentino a Venecia, casi diez años después (y giro político a la derecha de por medio) de que el país adquiriera un pabellón propio; y Delfina entrevistó al dúo Lolo y Lauti, cuya trayectoria de oscilaciones entre la discoteca y la feria de arte es en sí misma un retrato del arte de los 2010 en Buenos Aires. Pero se me ocurrió que además de los colaboradores, era necesario contar con un informante, un observador participante o testigo de esos años, y la persona indicada para intercambiar información fue Santiago Villanueva, que estuvo presente en muchas de las cosas que pasaron y que fuimos enumerando en la entrevista inicial, para dejar indicados algunos de los sentimientos inevitables de esta última década.
(Imagen destacada: Paula Castro, Variaciones del defecto, 2012)
"A desk is a dangerous place from which to watch the world" (John Le Carré)