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Tiempo al tiempo

Magazine

febrero
Tema del Mes: heterocroníasEditor/a Residente: Pablo Caldera

Tiempo al tiempo

La relación entre la cronología histórica y el orden es insoslayable. Donde hay enumeración hay orden, donde hay grandes eventos hay cronología, hay sucesión y hay historia.

La antropología, en sus inicios, disfrutaba de una autoridad científica para poder nombrar el tiempo. Distinguir entre tiempo real y tiempo fáctico era su cometido. Los primeros antropólogos, bienintencionados, extendieron la idea de las cronologías múltiples: las dominantes y las subalternas. Una cultura avanzada convivía en el tiempo fáctico con una cultura atrasada, pero nunca en el tiempo real. Pitt-Rivers, el creador del famoso museo etnográfico de Oxford, afirmó que «las razas existentes, en sus respectivos estadios de progreso, representan fielmente a las razas de la antigüedad». El estudio de una cultura fosilizada o primitiva, que se había quedado estancada en el tiempo, iluminaba el pasado.

«La localización del tiempo, el lugar donde el tiempo importaba, era Occidente»[1]Moxey, K. El tiempo de lo visual. La imagen en la historia. Sans Soleil, Barcelona, 2015, p. 25..

En la jerga de la historia del arte es usual dotar a las imágenes de una capacidad locuaz: las paredes hablan, las imágenes dialogan, los cuadros, como en el Castillo de Hogwarts, interpelan y responden personalmente.[2]https://elpais.com/diario/2002/06/29/babelia/1025305567_850215.html

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Tenía seis años cuando se publicó aquella famosa novela de Dan Brown. Con inocencia infantil viví el auge del nuevo misticismo pictórico, que convertía a la mirada de la Gioconda en un fuerte artefacto de mercado. Al preguntar a mis adultos por qué era tan importante ese retrato, me respondieron que era el único cuadro que te seguía con los ojos. No me podían dar más pistas. Cuando viajase de adulto a París, lo comprobaría. Así se desarrolla la mirada anacrónica.

En 1620, Francisco Ribalta pinta a San Francisco de Asís abrazado a Cristo recién crucificado. En el ejercicio pictórico, devota especulación figurativa, se revela una potencia anacrónica modelada por la sensación de irrealidad: algo más de doce siglos separan el nacimiento de San Francisco de la muerte de Cristo.

Para Jacques le Goff, la principal mutación pictórica de la Edad Media se produce cuando se toma consciencia del tiempo. Siguiendo su tesis, llega un momento en el que el retrato se emancipa del afán de eternidad y muestra al sujeto en su ser efímero[3]Le Goff, J. (2020) Por otra Edad Media. Tiempo, trabajo y cultura en Occidente. Madrid: Taurus, p. 68.. El giro contemporáneo, que tan bien representa Walid Raad, nos muestra la temporalidad añadida a la obra de arte. Ya no se trata de concebirla como cosa, sino como objeto.

Si relacionar imágenes es el impulso del esfuerzo curatorial, si para pensar imágenes hay que ponerlas en relación, entonces el anacronismo no es algo excepcional, sino el suelo en el que se trabaja, algo común y asentado. ¿Por qué hablar todavía del sentido del tiempo? No se trata, en este especial sobre temporalidades heterodoxas, de reivindicar formas subalternas de construir historia(s), ni de insistir en el quiebre los límites temporales del que es capaz una obra de arte. Se trata de seguir abriendo la cuestión, como lo hace Patricia Lara Folch desde la danza, pensando la inscripción temporal del gesto como algo político, o Juan Gallego Benot al reflexionar sobre el entramado objetual que construye Walid Raad dentro de una institución que se pretende ‘temporalmente clausurada’. Es cuestión de adentrarse, como Manu Padín, en un territorio que suspenda el tiempo, y pensar —en imágenes— desde ahí.

References
1 Moxey, K. El tiempo de lo visual. La imagen en la historia. Sans Soleil, Barcelona, 2015, p. 25.
2 https://elpais.com/diario/2002/06/29/babelia/1025305567_850215.html
3 Le Goff, J. (2020) Por otra Edad Media. Tiempo, trabajo y cultura en Occidente. Madrid: Taurus, p. 68.
Tema del Mes

Pablo Caldera (Madrid, 1997) es doctorando en Estudios Artísticos, Literarios y de la Cultura en la Universidad Autónoma de Madrid. Graduado en Filosofía, compagina escritura académica con la narrativa y la crítica de artes visuales.

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